domingo, 13 de diciembre de 2009

LA FRUSTRACIÓN $%#%#&"##



No existe un peor sentimiento que el despertado por el no poder hacer, pensar, sentir o realizar.

Se siente como si nos ataran de manos, como si amordazaran nuestra boca y amarraran nuestra lengua.

Es una sensación aislante que se acrecienta y nos llena de ira y dolor, en nuestro cuerpo, un palpitar constante, latente con deseo de querer estallar.
Deseamos liberar esa energía reprimida, dar un grito que estremezca la tierra o un golpe que rompa nuestro encierro.

Sentimos como si cortaran nuestras alas y lengua, y luego, mutilaran nuestras extremidades, después nos abandonaran en un desierto cerca a un sólo vaso de agua, pero con la distancia suficiente como para tener que arrastrarnos con nuestro torso mutilado hacia él, así, mientras uno lentamente se arrastra sobre la arena, se rasga la piel y se desgarra.

Eso es lo que yo siento cada vez que estoy frustrada, es una rabia que alberga todo mi ser y me llena de pensamientos malignos, de un deseo constante de destruir y luego, sólo correr.

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