Es por mis sueños que me levanto cada día sonriendo a la mañana y pienso en que es mi oportunidad de hacerlo mejor, creo fielmente en que lo podre lograr, así que la pereza huye y se esconde entre mis sabanas, tentándome a volver allí, me mira y me seduce, pero mi meta es clara y sólo la ignoro.
Caen las gotas a veces de piedad, otras de mentiras y me cubren, pero hay lugares a donde nunca llegarán, lugares ocultos que sólo los nobles conocerán, lugares en donde sólo están y han estado, los más puros recuerdos de nostalgia y de felicidad, memorias que ya sencillamente no volverán.
Me cubro con ellas, que externamente intentan lavarme para hacerme socialmente aceptable, moralmente tratable y humanamente odiable, pero no saben que la procesión se lleva por dentro.
Recorro las calles con mi mejor disfraz y disfruto el paisaje a mi alrededor , siento a Dios en mi cara que me abraza y me sostiene, Él, siempre allí, constante y firme en mi caminar, a veces me susurra cosas y rio como loca al transitar, me hace feliz y me acompaña, aunque el camino sea largo, nunca se cansa. En ocasiones estoy rodeada de tantas sombras que me sonríen, pero pronto se caen sus mascaras, no son más que unos cuantos animales, el viento me advierte que no me fie, que tienen muchas trampas, que suelen ser crueles y fatales.
Me alimento de conocimientos diarios y es curiosa la forma en que a veces lo hago, gente inesperada se cruza en mi camino y me da algo de energía, me reconfortan y prosigo, y así, de paso en paso se llena el vaso. En ciertas ocasiones , algunas rocas buscan hacerme caer o meterse en mis zapatos, me tomo el tiempo necesario, las alejo y luego las olvido, al final ellas son sólo rocas y quedan tristes y solas en el camino; cuando llueve sobre mí o se oscurece mi destino, recuerdo aquellos árboles y flores que he visto y conocido, me han dado tanta buena sombra que no valdría la pena dejar el sendero, pido a Dios su protección y sigo, se que la meta ya esta próxima y vale la pena todo lo vivido.
