domingo, 13 de diciembre de 2009

JAIME GARZÓN: MÁS QUE UN HOMBRE, UN HEROE NACIONAL



Mucho podría contarse acerca de tan conocido personaje, pero lo cierto es que si tuviéramos que premiar a un hombre por su calidad, sencillez y sentido de pertenencia hacia su país, uno en decadencia, no tendríamos un candidato igual: Jaime Garzón.

Un niño prodigio para muchos, un adolescente rebelde para otros y un adulto irreverente para algunos más. Nacido en la capital de Colombia, no en cuna de oro como supondrían, sino en clase media como muchos de nosotros, rodeado de obreros y empleados tocados por la violencia, pero afrontando todo esto con un sentido del humor ácido y voraz, un ejemplo a seguir.

Estudió derecho en la universidad nacional de Bogotá con la firme intención de ser abogado, con ese interés que nace en todos los colombianos de “buena fe” que sueñan con ayudar a los demás y que desaparece (lamentablemente) a medida que avanzan los años y nos amarga la cruel realidad; militó también en el ejército de liberación nacional (ELN) y hasta duró tres (3) meses en las montañas de Antioquia, tiempo suficiente para recapacitar y renunciar al movimiento guerrillero.

Pasó por varios “empleos” como tinterillo, asesor judicial y hasta alcalde de la localidad de Sumapaz, pero sus imitaciones de políticos importantes fué lo que lo llevó a las cámaras; en el noticiero de las siete hicieron una nota con tan divertido alcalde y así fué como en 1987 apareció por primera vez con sus imitaciones en la televisión.

En su primer programa “zoociedad”, un magazine y show de variedades, criticaba los grandes vicios de la política colombiana, pero sus sátiras estaban dirigidas a la vida de la sociedad, era una burla a las costumbres contemporáneas, su personaje, Emerson de Francisco, una mezcla de varios presentadores de importancia, hablaba del poder de los medios (y quienes los manejaban) y cautivó al país.

En su segunda aparición en la pantalla chica, después de un año de retiro y tras haber estado en los tabloides con su obra “Mamá Colombia” Jaime descrestó (de nuevo) a Colombia con su “Quack, el noticiero” en febrero de 1995 y que gracias a la programadora RTI salió al aire y durante dos años y medio centenares de colombianos veían como, junto a León Hoyos (que encarnaba a la presentadora María Leona Santodomingo), se encargó de “darles palo” democráticamente a toda clase de personajes de Colombia, además para completar el noticiero, los reporteros William Gorra, William farra y William Narra que cubrían política, sociedad y deporte.

En junio de 1997 se acabó quack, pero tres (3) meses después en el programa “la lechuza” nace el último (pero no menos importante) personaje de Jaime Garzón: Heriberto de la Calle; un típico embolador de zapatos que pasó de ser “el nuevo” a ser tan acogido como lo fué Néstor Elí en “Quack, el noticiero” sólo que éste ejercía su humilde labor frente a las cámaras y al mismo tiempo, entrevistaba directamente y sin anestesia (como se diría popularmente) entre risas e ironías a personajes del poder colombiano.

Fué por ese carisma e irreverencia, que Jaime terminó de firmar su sentencia de muerte, cuando el trece (13) de agosto de 1999 cinco (5) tiros en su cabeza acabaron con su vida, nuestro Jaime tenía 38 años, sí, nuestro porque nos pertenecía a nosotros, todos y cada uno de los colombianos, porque nació, vivió y (triste pero heroicamente) murió por ella, por verla libre y en paz.

Un humorista consagrado, un negociador de paz, el pionero en crítica social y el impulsor de un nuevo estilo periodístico.

Con personajes como John Lenin, Godofredo cínico Caspa, Dioselina Tibaná, Inti de la hoz y Heriberto de la Calle, hizo que las risas fuesen como pañitos de agua tibia en las heridas de nuestra afligida nación pero bofetadas en mejillas de farsantes y corruptos que creían que silenciándolo silenciarían sus ideales, pero no fue, así, sus aportes harán eco para siempre.

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